El
23 de abril celebramos el Día Mundial del Libro, en este año 2018 la Concejalía
de Archivos y Bibliotecas me ha designado a mí, Lourdes Ruiz Mateos, para
elaborar el manifiesto que, desde hace ya 9 años se está realizando. Es por
ello, que les estoy profundamente agradecida.
Sin
embargo, cabe preguntarse, ¿se rinde un homenaje igual a escritoras y a
escritores? El simple hecho que para elegir el día del libro sólo se hayan
tomado en cuenta efemérides masculinas, lo dice todo. A las escritoras de
nuestra historia no las conocemos, de hecho, sólo a unas pocas como Jane
Austen, Virginia Woolf, Agatha Christie, Emilia Pardo Bazán, Rosalía de Castro,
las hermanas Brönte, Santa Teresa de Jesús, etc.
Existen
muchas otras escritoras desconocidas para la inmensa mayoría de las personas,
que han contribuido al progreso social y cultural de la historia mundial. Y,
por tanto, considero importante hablar someramente de algunas de ellas, puesto
que es imposible hablar de todas, aunque nos hayan hecho creer que son muy
pocas.
Hasta mediados del siglo XIX en la literatura se condenaba, de
un modo u otro, los comportamientos “inmorales” de las mujeres —entiéndase por
ello toda conducta que no implicara quedarse encerrada en su hogar al servicio
de su familia—. Por lo tanto, no es de extrañar que sea difícil encontrar
ejemplos de escritoras nacidas antes de dicha época. Sin embargo, no podemos
pasar por alto nombres como la poeta italiana de la Baja Edad Media Christine de Pizan que, según Sandra Ferrer, fue la primera escritora profesional,
es decir, por primera vez una mujer pudo ganarse la vida escribiendo. Pasó a la
historia como una gran defensora de los derechos de las mujeres en la sociedad.
No en vano, La Ciudad de las damas, su obra más representativa,
es un alegato a favor de la mujer para la que reclama un lugar en el mundo, así
como una clara crítica a la misoginia imperante en aquel mundo medieval.
María de Zayas fue una
novelista excelente del más temprano Renacimiento. Con un osado feminismo para
su tiempo, se atrevió a alzar la voz a favor de la inteligencia y la dignidad
femenina, asegurando que el alma no era ni hombre ni mujer. Fue incluso más
allá y afirmó con contundencia que las mujeres no eran cultas, no por falta de
capacidades intelectuales sino por falta de oportunidades.
Sor Juana Inés de la Cruz puede
considerarse una de las escritoras más importantes del siglo XVII. Además, fue
una ferviente defensora del derecho de las mujeres a acceder a la
intelectualidad.
Madame
de Staël
fue autora de varias novelas y múltiples ensayos políticos que la convirtieron
en todo un referente del romanticismo de finales del Siglo XVII y principio del
XIX que se codeó con nombres propios de la cultura europea como Goethe o Lord
Byron.
El siglo XIX no fue tampoco un periodo fácil para las mujeres de
todo el mundo. Sólo algunas valientes se animaron a desafiar los cánones de su
tiempo y buscaron formas de estar presentes en lo público. En esta época surge
el romanticismo, movimiento que exaltaba la rebeldía y la
libertad, pero, paradójicamente, las mujeres nunca tuvieron la misma
oportunidad que los hombres para transgredir, ya que la sociedad no estaba en
posición de soportar más cambios radicales. Esto explica por qué muchas
escritoras de la época tuvieron que publicar su obra bajo pseudónimos masculinos
como Georges Sand o poner sus asuntos en manos de sus
padres, como es el caso de las hermanas Brönte.
Ahora bien, a partir de la mitad del siglo XIX, con el realismo,
comienza a destacar un tipo de literatura que busca la representación objetiva
de la realidad, de lo que sucede. Junto a esta corriente emerge un nuevo tipo
de imagen femenina, de mujer anulada y oprimida por la sociedad. Esta mujer se
rebela contra lo establecido y, cansada de ser incomprendida, se deja llevar
por sus pasiones e impulsos y rompe con los cánones impuestos por la sociedad
tradicional, que tendía a lo puritano. Obras como Madame Bovary, La Casa de Bernarda Alba o Tristana son
buenos ejemplos de este tipo de literatura. Así la sociedad comienza a tomar
conciencia de la situación y aparecen los movimientos
feministas que sirvieron para que las mujeres lucharan por
sus derechos y cambiaran su situación, abriendo el camino para la futura
proliferación de autoras femeninas.
Sin embargo, esta proliferación de escritoras no se ven reflejadas
en los premios que se reciben, por ejemplo, si damos un vistazo a los premios
Nóbel de Literatura, de 113 personas galardonadas, sólo 13 han sido mujeres.
Si esta mirada la acercamos a nuestro territorio canario, la
invisibilización de escritoras canarias ha sido mayor. Los museos existentes en
las islas se dirigen principalmente a escritores, por ejemplo, contamos con la
Casa-Museo Pérez Galdós, Casa-Museo Tomás Morales, Museo de Unamuno, Museo
Poeta Domingo Rivero, etc., pero tristemente no hay ninguno de escritoras. Esto
nos haría concluir, erróneamente, que no han existido ni existen escritoras
canarias válidas, sin embargo, ahora veremos que esto no ha sido así.
Las mujeres
canarias se adentran en el mundo de la escritura a través de los periódicos y
revistas locales, en suplementos y revistas literarias femeninas. El primer
periódico canario dedicado a las mujeres es Instructor y Recreo de las Damas (de 1857 a 1858). En él
participaron muy pocas mujeres, aunque, curiosamente estaba dedicado a ellas.
En los comienzos
del s. XX hay mujeres de la burguesía que son conocidas por sus colaboraciones
en la prensa, en particular en el diario El País. Sobresalen nombres como los
de las poetas Irene Falcón, María Luz Morales, Concha Peña y María Luisa
Villalba en Tenerife, y María Luisa de Iriarte en Las Palmas de Gran Canaria.
En
noviembre de 1953 se publica “Mujeres en
la isla” como “Suplemento femenino” en el Diario de Las Palmas, y que tiene
una vida de 12 años. Logra independizarse del periódico y el 1 de enero de 1955
la publicación ve la luz como revista sin el abrigo del periódico insular y con
dos redactoras que se responsabilizan de la publicación: Mª Teresa Prats y
Esperanza Vernetta, a las que está vinculada María Paz Verdugo.
A lo largo
de esos años contaron con la colaboración desinteresada de 174 mujeres, entre
redactoras y colaboradoras. Allí
colaboraron mujeres escritoras: Chona Madera, Pino Ojeda, Natalia Sosa,
Margarita Sánchez Brito, Pino Betancor, Alicia Sarmiento o Lía Tavío. Constituye
la primera y única revista de las islas creada y redactada exclusivamente por
mujeres.
Desde el
siglo XVII comienzan a aparecer escritoras en las islas, principalmente poetas,
como Sor Ana Ángela Arroyo y Rivero, Sor Josefina del Sacramento, Antonia de
Coronado y Mª Joaquina de Viera y Clavijo (Elías Mujica la considera como la
primera mujer poeta canaria). Esta labor de investigación podemos agradecerla
al Colectivo de Mujeres Canarias que lo publicaron con el título Mujer y
cultura en Canarias.
En los
principios del siglo XIX encontramos a Dominga Spínola Bethencourt, María de
las Mercedes Letona del Corral, Agustina González y Romero, la más grande poeta
satírica del Archipiélago, Victoria Ventoso Cullén, Candelaria García Hervás,
Encarnación Cubas Báez, Fernanda Siliuto Briganty, Victorina Bridoux y Mazzini,
Cesarina Bento Montesino, Ana Martín, Dolores Millares Cubas, Leocricia Pestana
Fierro, Isaura De Las Casas Martín, Isabel Poggi De Llorente, Lia Tavío y Carmen
González del Castillo.
Finales del
siglo XIX y principios del veinte destacan varias escritoras:
-IGNACIA DE LARA HENRÍQUEZ
Poeta
modernista, admiradora de Tomás Morales y de Saulo Torón. Es autora de dos
libros de versos: Para el perdón y para
el olvido, prologado por Tomás Morales, y Entre paisanos. Cantares. También escribe cuentos y colabora en
casi todas las publicaciones canarias y en muchas peninsulares. Es autora asimismo
de una novela corta, Tiré de un recuerdo
y como las cerezas.7
-MERCEDES PINTO
En Madrid
comienza a escribir en la prensa y entra a formar parte del grupo de mujeres feministas
liderado por la escritora Carmen de Burgos, ambas defensoras del divorcio. Dará
una charla en la Universidad Central de Madrid bajo el título El divorcio como medida higiénica que
le cuesta el destierro.
Su primer
libro de poemas fue Brisas del Teide
y su primera novela Él, la cual
inspira a Luis Buñuel una de sus películas. Posteriormente publica Ella, obra autobiográfica. Además de
novelas y poesías escribió teatro, programas radiofónicos y colaboraciones. El
“Día de las Letras Canarias” de 2009 fue dedicado a su figura.60
-LUISA MACHADO
Autora de
poemas de carácter costumbrista que alcanzaron gran notoriedad. Fue, además,
una figura muy singular, una mujer de grandes iniciativas, cofundadora del Orfeón
“La Paz” de La Laguna.
-MARÍA MORALES TOPHAM
En el año
1971 publica su primer y único libro de poemas titulado Blanca sencillez. Fue una mujer muy piadosa, iniciadora y
propulsora de la bajada de la Virgen de los Dolores desde su santuario a la
capital, Arrecife.
-BOHEMIA SALAZAR
Poeta
gomera, fue una mujer muy melancólica. Así lo refleja su obra. Colaboradora en
periódicos como “La voz de Junonia” o “La Verdad” y en la revista Hespérides.
-INOCENCIA ALDANA LORENZO
Desde muy
joven comenzó a escribir cuentos y poesía. Doña Inocencia colaboró en el
semanario Pronósticos y en Antena con el seudónimo de “Doña Clarines”. La obra se
encuentra en la publicación de Nazario de León y José Perdomo “Acercamiento poético”.
-CHONA MADERA
Colaboradora
de “Gánigo” (Tenerife) y “Mujeres en la Isla” (Gran Canaria). Sus obras son El volcado silencio, Mi presencia más clara,
Las estancias vacías, La voz que me desvela, Continuada señal y Mi otra palabra.
En 1954 Carmen Conde la incluye en su Antología de Poesía Femenina. En 1966 obtiene
el Premio de Poesía “Tomás Morales” por su obra Los contados instantes.
-JOSEFINA PLA
Desde niña
lee a los clásicos y muy jovencita publica sus primeros poemas en la revista
“Donostia”. Se casa por poderes y se va a Paraguay, allí escribe, hace radio y
colabora con los tres periódicos más importantes: “La Nación”, “La Tribuna” y
“El Orden”. Fue la secretaria de redacción en el periódico El Liberal.
Participa
muy activamente en la creación del teatro nacional paraguayo. A lo largo de su
vida recibió numerosos premios y distinciones por su labor literaria y en
defensa de los derechos humanos y la igualdad entre hombres y mujeres. Entre
sus obras, figuran poemas, siempre nostálgicos e intimistas, textos dramáticos,
obras de investigación y ensayo.
-JOSEFINA DE LA TORRE MILLARES
Con siete
años comienza a publicar sus poemas. Sus primeros versos estaban dedicados a
Benito Pérez Galdós. Bajo el seudónimo de Laura Cominges escribió novelas cortas.
Pedro Salinas prologa su primer poemario, Versos
y estampas. Josefina pertenece a la Generación del 27. Fue colaboradora de muchos periódicos de la
época y en Gran Canaria colaboró asiduamente en “Mujeres en la Isla” y en otras
revistas como “Verso y Prosa”, “La Gaceta Literaria”, “Azor”, “Primer Plano” y
“Alfar”.
Publicó obras
como Marzo incompleto y Medida del tiempo. Escribió novelas
como Memorias de una estrella, En el
umbral y obras de teatro como la adaptación de “Una mujer entre los brazos” de Rafael Matarazzo. Sus obras
completas están recogidas en Poemas de
la isla.
-MARÍA ROSA ALONSO RODRÍGUEZ
Premio
Canarias de Literatura 1987, premio de Periodismo Leoncio Rodríguez 1974,
Medalla de Bronce de la Orden 27 de junio (Gobierno de Venezuela), Doctora Honoris
Causa Universidad La Laguna 1994.
Durante su
larga vida ha publicado numerosos libros tanto en Tenerife como en Venezuela. En
1951 publicó su primera novela, Otra
vez...
Colaboró en
periódicos y revistas regionales, nacionales y americanos, no solo hispano- parlantes
sino también en Washington: “Review of Bibliography”.
El “Día de
las Letras Canarias” de 2010 fue dedicado a su figura.
-AGUSTINA AYALA CABRERA
Fundó una
librería en Arrecife, “La Librería de Doña Agustina”, donde se compraba todo el
material escolar para los estudiantes de Bachillerato. Ya en Madrid, aparte de
ampliar estudios, comenzó a escribir poemas. Su primer poema publicado fue en
1937. También escribió cuentos cortos, aunque no fueron publicados. Un poema
suyo, Canto a los hijos, se publica
en el periódico “La Falange”. Fue colaboradora de la revista “Mujeres en la
Isla”, así como en “Pronóstico”. El año en que muere, 1984, se publica Herida en el costado.
-PINO OJEDA QUEVEDO
Pintora,
poeta y ceramista. Pionera del informalismo en Canarias, miembro fundacional
del Grupo “Espacio”, creado en Las Palmas de Gran Canaria junto a importantes
intelectuales de la Isla, publica sus primeros poemas en la revista tinerfeña
“Mensaje”. En 1952 funda y dirige los
cuadernillos Alisios y Hojas de poesía.
Escribe obras de teatro El hombre que se
quedó en la guerra, Morir sólo una vez, El gran cobarde o El cuadro del niño
dormido. Su novela Con el paraíso al
fondo es seleccionada para el Premio Nadal de 1954.
Su obra
poética está recogida en: Niebla de
sueño, Como el fruto en el árbol,
que recibió el Primer accésit del Premio “Adonais”, La piedra en la colina, Premio “Tomás Morales”, Caleidoscopio del tedio y Los brotes nuevos
junto a otros que permanecen sin editarse. En 1991 recibe el premio mundial
“Fernando Rielo” de poesía mística por el
Salmo del Rocío.
El “Día de
las Letras Canarias” de 2018 ha sido dedicado a su figura.
-MANUELA SUÁREZ
Nacida en
Yaiza, Lanzarote, fue una niña prodigio en casi todo, quiso escribir desde siempre.
Cuando llega a Las Palmas se integra en
el grupo “Alborada poética” con cuyos componentes publica varios libros. En
1985 aparecen sus Poemas con ilustraciones de Felo Monzón.
-DOMINGA SUÁREZ CLAVIJO
Fue una
escritora autodidacta de la que se conoce una única publicación: Las fauces insaciables de la bestia.
-MARÍA DOLORES DE LA FE BONILLA
Desde muy
joven comenzó a colaborar en distintos medios de comunicación. “Falange”, “El
Eco de Canarias”, “Diario de Las Palmas”, “La Provincia” y “La Gaceta de
Canarias”. Es la escritora y periodista de la vida cotidiana. Su obra se caracteriza
por un marcado costumbrismo, un género que practica en artículos periodísticos,
cuentos y novelas, con un tono de suave ironía y con el afán de reflejar
ambientes y paisajes que amenaza en la sociedad actual el paso del tiempo. En
“La Provincia” publicó, además de artículos, el folletín encuadernable “Una vaca con satélite”. Fue
corresponsal de “La Vanguardia” y colaboradora en el “Ya”, donde firmaba con el
pseudónimo de “Luis Bonilla” puesto que el rotativo del obispado no admitía
mujeres. En 1972 publicó su primera obra Happenings
para Jacob; Isla espiral en
1983; Tiempo en sepia, en 1988, que
recibió el premio de novela “Angel Guerra” del Ayuntamiento de la Villa de
Teguise. Publica Médium Diálogos en
2005, y Las Palmas casi mañana en
2007.
-VIOLETA ALICIA RODRÍGUEZ
Poeta. Colaboradora
de los diarios tinerfeños “El Día” y “La Tarde”. Ha publicado poemas en la
revista “Gánigo” y es autora de dos libros: Brisas y Espuma y Raíz y
Tallo.
-DIGNA PALOU RODRÍGUEZ
Se traslada
a Madrid donde alterna con intelectuales de la talla de Gerardo Diego, Dulce
María Loynaz o Gloria Fuertes. Allí publica su primer libro de poemas Árbol tendido, Nudos aparece en 1973 con algunos poemas de contenido social y
filosófico, e Isótopo 56 en 1974. Escribió
muchos poemas para libros de texto escolares.
-PINO BETANCOR ÁLVAREZ
A los 14
años compone sus primeros poemas. A los 18 años recita en el Ateneo de Madrid
“El extranjero”. En “Planas de Poesía” publica sus primeros poemas: Manantial de silencio y Cristal. Más
adelante publica Los caminos perdidos,
Las moradas terrestres, Palabras para un año nuevo, Las oscuras violetas, Las
playas vacías, Nada más que esa luz, Luciérnagas, Las dulces viejas cosas y
Dejad crecer la hierba.
-FLORA LILIA BARRERA ÁLAMO
Comienza a
publicar en los suplementos literarios de “El Día” y “Jornada”. En toda su obra
está presente su investigación sobre lo que le es más cercano: su isla, su
geografía y su historia. Ha publicado Escenas,
paisajes y personajes herreños, La pulsera de Galanas, Lucía en las playas,
Cuentos y leyendas de la Bajada de la Dehesa, El habla común de El Hierro, La
mujer de Hero, Retablo y geografía de cuentos canarios, prologado por
Sebastián de la Nuez, y Años de Tormenta.
En La cocina de El Hierro hace un
recopilatorio de recetas de su tierra, tema con el que también colabora en la
revista “Bienmesabe”. Su único libro de poemas se titula Pequeño beso de la isla.
-PILAR LOJENDIO CROSA
Desde muy joven
comienza a escribir poemas. Participa en tertulias literarias del momento y entre
otros medios colabora en “Mujeres en la Isla”. En su primer libro, Ha llegado el esposo desarrolla un
surrealismo que irá “in crescendo” a lo largo de su obra: Alma de piedra, La lengua del gallo e Invierno en la piel.
-NIVARIA TEJERA
Publica su primer libro de poemas Luces y piedras en 1948, al que seguirá La Gruta, en 1952. Colabora en prensa y revistas como Ciclón y
Orígenes y donde publica el primer capítulo de El Barranco, novela situada en los primeros años de la guerra civil
española. En 1959 publica el poemario Innumerables
voces. Otras de sus publicaciones serán: Sonámbulo del sol, premio Biblioteca Breve Seix Barral del año 71, La barrera fluídica o París escarabajo,
poemas.
-ANA MARÍA FAGUNDO GUERRA
Dirige la
revista literaria “Alaluz”. Ha publicado numerosos trabajos de crítica literaria
entre los que destacan Vida y obra de
Emily Dickinson, y Antología
bilingüe de la poesía norteamericana. Entre sus libros de poemas están: Brotes, Isla adentro, Diario de una muerte,
Configurado tiempo, Invención de la luz, Desde Chanatel, el canto, Como quien
no dice voz alguna al viento, Retorno sobre la siempre ausencia, El sol, la
sombra y el instante, Trasterrado marzo y Los sonámbulos.
-NATALIA SOSA AYALA
Novelista y
poeta publicó cotidianamente artículos en medios de comunicación y colaboró en
las revistas “Mujeres en la Isla” y “Fablas”. Sus primeras obras fueron
novelas, Estefanía y Cartas en el
crepúsculo. Luego se entregaría sólo a la poesía: Muchacha sin nombre, Autorretrato y Diciembre. Poco antes de su
muerte publica una antología Cuando es
sombra la tarde.
A mediados
del siglo XX también destacaron Elsa López Rodríguez, presidenta de la Sección de
Literatura del Ateneo de Madrid y organizadora del grupo poético “La ortiga”, y
Dulce Mª Díaz Marrero.
Actualmente a pesar de que hay muchísimas escritoras canarias, aún
siguen reivindicando más visibilidad. El pasado mes de diciembre firmaron un
manifiesto mostrando diversos aspectos a cambiar. Por un lado, manifestaban que
las instituciones públicas y privadas programan actividades culturales donde la
igualdad de género brilla por su ausencia. En donde conferencias, mesas
redondas, ferias del libro, encuentros de escritores, etc. las escritoras no
están presentes o sólo una mínima representación, acaparando los escritores los
hilos de la Literatura Canaria.
Tampoco forman parte de los jurados de los principales concursos
literarios convocados en las islas y tampoco se premian las obras de las
mujeres por igual, el premio Canarias de Literatura sólo ha sido concedido a
dos escritoras en sus 17 ediciones: a María Rosa Alonso, ex aequo con Juan
Marichal López en 1987 y a Cecilia Domínguez en 2015. Por otro lado, añaden que
las escritoras canarias se estudian de forma insuficiente, marginal, en
colegios, institutos ni universidades. Y tampoco aparecen por igual en
Antologías de diversos géneros editadas en Canarias por instituciones públicas
y editoriales privadas.
Antes de terminar,
quiero acercar la mirada a nuestro municipio, Gáldar está siendo cuna incipiente
de muchas escritoras que se están animando a hacerse un hueco en nuestra
historia. Mujeres a las que tenemos que alentar para que sigan contribuyendo a
la cultura municipal y para que sigan participando en las numerosas actividades
culturales que se están realizando. Desde aquí quiero felicitarlas por esta
labor que hacen, ya que ésta es la semilla para que muchas más se animen a
escribir, dejando claro, de una vez por todas, que también las mujeres escriben
y tan bien como los hombres.
Acabo con
una invitación a la lectura en general y de escritoras en particular. ¡¡Feliz
lectura!!