miércoles, 30 de mayo de 2018

MANIFIESTO DÍA DEL LIBRO 2018 EN GÁLDAR


MANIFIESTO DÍA DEL LIBRO “ESCRITORAS DE NUESTRA HISTORIA” 
(escuchar en ivoox)
            El 23 de abril celebramos el Día Mundial del Libro, en este año 2018 la Concejalía de Archivos y Bibliotecas me ha designado a mí, Lourdes Ruiz Mateos, para elaborar el manifiesto que, desde hace ya 9 años se está realizando. Es por ello, que les estoy profundamente agradecida. 

            Esta celebración tiene como objetivo fomentar, sobre todo entre la gente más joven, el placer por la lectura y respetar la contribución de quienes escriben al progreso social y cultural. Es una conmemoración que se celebra a nivel mundial para rendir un homenaje al libro y a sus autores y autoras. Se eligió el día 23 de abril como el Día Mundial del Libro ya que coincide con el fallecimiento de Cervantes, Shakespeare y Garcilaso de la Vega y con el nacimiento de otros autores importantes como Manuel Mejía Vallejo.
            Sin embargo, cabe preguntarse, ¿se rinde un homenaje igual a escritoras y a escritores? El simple hecho que para elegir el día del libro sólo se hayan tomado en cuenta efemérides masculinas, lo dice todo. A las escritoras de nuestra historia no las conocemos, de hecho, sólo a unas pocas como Jane Austen, Virginia Woolf, Agatha Christie, Emilia Pardo Bazán, Rosalía de Castro, las hermanas Brönte, Santa Teresa de Jesús, etc.
            Existen muchas otras escritoras desconocidas para la inmensa mayoría de las personas, que han contribuido al progreso social y cultural de la historia mundial. Y, por tanto, considero importante hablar someramente de algunas de ellas, puesto que es imposible hablar de todas, aunque nos hayan hecho creer que son muy pocas.
Hasta mediados del siglo XIX en la literatura se condenaba, de un modo u otro, los comportamientos “inmorales” de las mujeres —entiéndase por ello toda conducta que no implicara quedarse encerrada en su hogar al servicio de su familia—. Por lo tanto, no es de extrañar que sea difícil encontrar ejemplos de escritoras nacidas antes de dicha época. Sin embargo, no podemos pasar por alto nombres como la poeta italiana de la Baja Edad Media Christine de Pizan que, según Sandra Ferrer, fue la primera escritora profesional, es decir, por primera vez una mujer pudo ganarse la vida escribiendo. Pasó a la historia como una gran defensora de los derechos de las mujeres en la sociedad. No en vano, La Ciudad de las damas, su obra más representativa, es un alegato a favor de la mujer para la que reclama un lugar en el mundo, así como una clara crítica a la misoginia imperante en aquel mundo medieval.
María de Zayas fue una novelista excelente del más temprano Renacimiento. Con un osado feminismo para su tiempo, se atrevió a alzar la voz a favor de la inteligencia y la dignidad femenina, asegurando que el alma no era ni hombre ni mujer. Fue incluso más allá y afirmó con contundencia que las mujeres no eran cultas, no por falta de capacidades intelectuales sino por falta de oportunidades. 
Sor Juana Inés de la Cruz puede considerarse una de las escritoras más importantes del siglo XVII. Además, fue una ferviente defensora del derecho de las mujeres a acceder a la intelectualidad.

Madame de Staël fue autora de varias novelas y múltiples ensayos políticos que la convirtieron en todo un referente del romanticismo de finales del Siglo XVII y principio del XIX que se codeó con nombres propios de la cultura europea como Goethe o Lord Byron.

El siglo XIX no fue tampoco un periodo fácil para las mujeres de todo el mundo. Sólo algunas valientes se animaron a desafiar los cánones de su tiempo y buscaron formas de estar presentes en lo público. En esta época surge el romanticismo, movimiento que exaltaba la rebeldía y la libertad, pero, paradójicamente, las mujeres nunca tuvieron la misma oportunidad que los hombres para transgredir, ya que la sociedad no estaba en posición de soportar más cambios radicales. Esto explica por qué muchas escritoras de la época tuvieron que publicar su obra bajo pseudónimos masculinos como Georges Sand o poner sus asuntos en manos de sus padres, como es el caso de las hermanas Brönte.
Ahora bien, a partir de la mitad del siglo XIX, con el realismo, comienza a destacar un tipo de literatura que busca la representación objetiva de la realidad, de lo que sucede. Junto a esta corriente emerge un nuevo tipo de imagen femenina, de mujer anulada y oprimida por la sociedad. Esta mujer se rebela contra lo establecido y, cansada de ser incomprendida, se deja llevar por sus pasiones e impulsos y rompe con los cánones impuestos por la sociedad tradicional, que tendía a lo puritano. Obras como Madame Bovary, La Casa de Bernarda Alba Tristana son buenos ejemplos de este tipo de literatura. Así la sociedad comienza a tomar conciencia de la situación y aparecen los movimientos feministas que sirvieron para que las mujeres lucharan por sus derechos y cambiaran su situación, abriendo el camino para la futura proliferación de autoras femeninas.
Sin embargo, esta proliferación de escritoras no se ven reflejadas en los premios que se reciben, por ejemplo, si damos un vistazo a los premios Nóbel de Literatura, de 113 personas galardonadas, sólo 13 han sido mujeres.
Si esta mirada la acercamos a nuestro territorio canario, la invisibilización de escritoras canarias ha sido mayor. Los museos existentes en las islas se dirigen principalmente a escritores, por ejemplo, contamos con la Casa-Museo Pérez Galdós, Casa-Museo Tomás Morales, Museo de Unamuno, Museo Poeta Domingo Rivero, etc., pero tristemente no hay ninguno de escritoras. Esto nos haría concluir, erróneamente, que no han existido ni existen escritoras canarias válidas, sin embargo, ahora veremos que esto no ha sido así.
Las mujeres canarias se adentran en el mundo de la escritura a través de los periódicos y revistas locales, en suplementos y revistas literarias femeninas. El primer periódico canario dedicado a las mujeres es Instructor y Recreo de las Damas (de 1857 a 1858). En él participaron muy pocas mujeres, aunque, curiosamente estaba dedicado a ellas.
En los comienzos del s. XX hay mujeres de la burguesía que son conocidas por sus colaboraciones en la prensa, en particular en el diario El País. Sobresalen nombres como los de las poetas Irene Falcón, María Luz Morales, Concha Peña y María Luisa Villalba en Tenerife, y María Luisa de Iriarte en Las Palmas de Gran Canaria.
En noviembre de 1953 se publica “Mujeres en la isla” como “Suplemento femenino” en el Diario de Las Palmas, y que tiene una vida de 12 años. Logra independizarse del periódico y el 1 de enero de 1955 la publicación ve la luz como revista sin el abrigo del periódico insular y con dos redactoras que se responsabilizan de la publicación: Mª Teresa Prats y Esperanza Vernetta, a las que está vinculada María Paz Verdugo.
A lo largo de esos años contaron con la colaboración desinteresada de 174 mujeres, entre redactoras y colaboradoras.  Allí colaboraron mujeres escritoras: Chona Madera, Pino Ojeda, Natalia Sosa, Margarita Sánchez Brito, Pino Betancor, Alicia Sarmiento o Lía Tavío. Constituye la primera y única revista de las islas creada y redactada exclusivamente por mujeres.
Desde el siglo XVII comienzan a aparecer escritoras en las islas, principalmente poetas, como Sor Ana Ángela Arroyo y Rivero, Sor Josefina del Sacramento, Antonia de Coronado y Mª Joaquina de Viera y Clavijo (Elías Mujica la considera como la primera mujer poeta canaria). Esta labor de investigación podemos agradecerla al Colectivo de Mujeres Canarias que lo publicaron con el título Mujer y cultura en Canarias.
En los principios del siglo XIX encontramos a Dominga Spínola Bethencourt, María de las Mercedes Letona del Corral, Agustina González y Romero, la más grande poeta satírica del Archipiélago, Victoria Ventoso Cullén, Candelaria García Hervás, Encarnación Cubas Báez, Fernanda Siliuto Briganty, Victorina Bridoux y Mazzini, Cesarina Bento Montesino, Ana Martín, Dolores Millares Cubas, Leocricia Pestana Fierro, Isaura De Las Casas Martín, Isabel Poggi De Llorente, Lia Tavío y Carmen González del Castillo.
Finales del siglo XIX y principios del veinte destacan varias escritoras:
-IGNACIA DE LARA HENRÍQUEZ
Poeta modernista, admiradora de Tomás Morales y de Saulo Torón. Es autora de dos libros de versos: Para el perdón y para el olvido, prologado por Tomás Morales, y Entre paisanos. Cantares. También escribe cuentos y colabora en casi todas las publicaciones canarias y en muchas peninsulares. Es autora asimismo de una novela corta, Tiré de un recuerdo y como las cerezas.7
-MERCEDES PINTO
En Madrid comienza a escribir en la prensa y entra a formar parte del grupo de mujeres feministas liderado por la escritora Carmen de Burgos, ambas defensoras del divorcio. Dará una charla en la Universidad Central de Madrid bajo el título El divorcio como medida higiénica que le cuesta el destierro.
Su primer libro de poemas fue Brisas del Teide y su primera novela Él, la cual inspira a Luis Buñuel una de sus películas. Posteriormente publica Ella, obra autobiográfica. Además de novelas y poesías escribió teatro, programas radiofónicos y colaboraciones. El “Día de las Letras Canarias” de 2009 fue dedicado a su figura.60
-LUISA MACHADO
Autora de poemas de carácter costumbrista que alcanzaron gran notoriedad. Fue, además, una figura muy singular, una mujer de grandes iniciativas, cofundadora del Orfeón “La Paz” de La Laguna.
-MARÍA MORALES TOPHAM
En el año 1971 publica su primer y único libro de poemas titulado Blanca sencillez. Fue una mujer muy piadosa, iniciadora y propulsora de la bajada de la Virgen de los Dolores desde su santuario a la capital, Arrecife.
-BOHEMIA SALAZAR
Poeta gomera, fue una mujer muy melancólica. Así lo refleja su obra. Colaboradora en periódicos como “La voz de Junonia” o “La Verdad” y en la revista Hespérides.
-INOCENCIA ALDANA LORENZO
Desde muy joven comenzó a escribir cuentos y poesía. Doña Inocencia colaboró en el semanario Pronósticos y en Antena con el seudónimo de “Doña Clarines”. La obra se encuentra en la publicación de Nazario de León y José Perdomo “Acercamiento poético”.
-CHONA MADERA
Colaboradora de “Gánigo” (Tenerife) y “Mujeres en la Isla” (Gran Canaria). Sus obras son El volcado silencio, Mi presencia más clara, Las estancias vacías, La voz que me desvela, Continuada señal y Mi otra palabra. En 1954 Carmen Conde la incluye en su Antología de Poesía Femenina. En 1966 obtiene el Premio de Poesía “Tomás Morales” por su obra Los contados instantes.
-JOSEFINA PLA
Desde niña lee a los clásicos y muy jovencita publica sus primeros poemas en la revista “Donostia”. Se casa por poderes y se va a Paraguay, allí escribe, hace radio y colabora con los tres periódicos más importantes: “La Nación”, “La Tribuna” y “El Orden”. Fue la secretaria de redacción en el periódico El Liberal.
Participa muy activamente en la creación del teatro nacional paraguayo. A lo largo de su vida recibió numerosos premios y distinciones por su labor literaria y en defensa de los derechos humanos y la igualdad entre hombres y mujeres. Entre sus obras, figuran poemas, siempre nostálgicos e intimistas, textos dramáticos, obras de investigación y ensayo.
-JOSEFINA DE LA TORRE MILLARES
Con siete años comienza a publicar sus poemas. Sus primeros versos estaban dedicados a Benito Pérez Galdós. Bajo el seudónimo de Laura Cominges escribió novelas cortas. Pedro Salinas prologa su primer poemario, Versos y estampas. Josefina pertenece a la Generación del 27. Fue colaboradora de muchos periódicos de la época y en Gran Canaria colaboró asiduamente en “Mujeres en la Isla” y en otras revistas como “Verso y Prosa”, “La Gaceta Literaria”, “Azor”, “Primer Plano” y “Alfar”.
Publicó obras como Marzo incompleto y Medida del tiempo. Escribió novelas como Memorias de una estrella, En el umbral y obras de teatro como la adaptación de “Una mujer entre los brazos” de Rafael Matarazzo. Sus obras completas están recogidas en Poemas de la isla.
-MARÍA ROSA ALONSO RODRÍGUEZ
Premio Canarias de Literatura 1987, premio de Periodismo Leoncio Rodríguez 1974, Medalla de Bronce de la Orden 27 de junio (Gobierno de Venezuela), Doctora Honoris Causa Universidad La Laguna 1994.
Durante su larga vida ha publicado numerosos libros tanto en Tenerife como en Venezuela. En 1951 publicó su primera novela, Otra vez...
Colaboró en periódicos y revistas regionales, nacionales y americanos, no solo hispano- parlantes sino también en Washington: “Review of Bibliography”.
El “Día de las Letras Canarias” de 2010 fue dedicado a su figura.
-AGUSTINA AYALA CABRERA
Fundó una librería en Arrecife, “La Librería de Doña Agustina”, donde se compraba todo el material escolar para los estudiantes de Bachillerato. Ya en Madrid, aparte de ampliar estudios, comenzó a escribir poemas. Su primer poema publicado fue en 1937. También escribió cuentos cortos, aunque no fueron publicados. Un poema suyo, Canto a los hijos, se publica en el periódico “La Falange”. Fue colaboradora de la revista “Mujeres en la Isla”, así como en “Pronóstico”. El año en que muere, 1984, se publica Herida en el costado.
-PINO OJEDA QUEVEDO
Pintora, poeta y ceramista. Pionera del informalismo en Canarias, miembro fundacional del Grupo “Espacio”, creado en Las Palmas de Gran Canaria junto a importantes intelectuales de la Isla, publica sus primeros poemas en la revista tinerfeña “Mensaje”.  En 1952 funda y dirige los cuadernillos Alisios y Hojas de poesía. Escribe obras de teatro El hombre que se quedó en la guerra, Morir sólo una vez, El gran cobarde o El cuadro del niño dormido. Su novela Con el paraíso al fondo es seleccionada para el Premio Nadal de 1954.
Su obra poética está recogida en: Niebla de sueño, Como el fruto en el árbol, que recibió el Primer accésit del Premio “Adonais”, La piedra en la colina, Premio “Tomás Morales”, Caleidoscopio del tedio y Los brotes nuevos junto a otros que permanecen sin editarse. En 1991 recibe el premio mundial “Fernando Rielo” de poesía mística por el Salmo del Rocío.
El “Día de las Letras Canarias” de 2018 ha sido dedicado a su figura.
-MANUELA SUÁREZ
Nacida en Yaiza, Lanzarote, fue una niña prodigio en casi todo, quiso escribir desde siempre.  Cuando llega a Las Palmas se integra en el grupo “Alborada poética” con cuyos componentes publica varios libros. En 1985 aparecen sus Poemas con ilustraciones de Felo Monzón.
-DOMINGA SUÁREZ CLAVIJO
Fue una escritora autodidacta de la que se conoce una única publicación: Las fauces insaciables de la bestia.
-MARÍA DOLORES DE LA FE BONILLA
Desde muy joven comenzó a colaborar en distintos medios de comunicación. “Falange”, “El Eco de Canarias”, “Diario de Las Palmas”, “La Provincia” y “La Gaceta de Canarias”. Es la escritora y periodista de la vida cotidiana. Su obra se caracteriza por un marcado costumbrismo, un género que practica en artículos periodísticos, cuentos y novelas, con un tono de suave ironía y con el afán de reflejar ambientes y paisajes que amenaza en la sociedad actual el paso del tiempo. En “La Provincia” publicó, además de artículos, el folletín encuadernable “Una vaca con satélite”. Fue corresponsal de “La Vanguardia” y colaboradora en el “Ya”, donde firmaba con el pseudónimo de “Luis Bonilla” puesto que el rotativo del obispado no admitía mujeres. En 1972 publicó su primera obra Happenings para Jacob; Isla espiral en 1983; Tiempo en sepia, en 1988, que recibió el premio de novela “Angel Guerra” del Ayuntamiento de la Villa de Teguise. Publica Médium Diálogos en 2005, y Las Palmas casi mañana en 2007.
-VIOLETA ALICIA RODRÍGUEZ
Poeta. Colaboradora de los diarios tinerfeños “El Día” y “La Tarde”. Ha publicado poemas en la revista “Gánigo” y es autora de dos libros: Brisas y Espuma y Raíz y Tallo.
-DIGNA PALOU RODRÍGUEZ
Se traslada a Madrid donde alterna con intelectuales de la talla de Gerardo Diego, Dulce María Loynaz o Gloria Fuertes. Allí publica su primer libro de poemas Árbol tendido, Nudos aparece en 1973 con algunos poemas de contenido social y filosófico, e Isótopo 56 en 1974. Escribió muchos poemas para libros de texto escolares.
-PINO BETANCOR ÁLVAREZ
A los 14 años compone sus primeros poemas. A los 18 años recita en el Ateneo de Madrid “El extranjero”. En “Planas de Poesía” publica sus primeros poemas: Manantial de silencio y Cristal. Más adelante publica Los caminos perdidos, Las moradas terrestres, Palabras para un año nuevo, Las oscuras violetas, Las playas vacías, Nada más que esa luz, Luciérnagas, Las dulces viejas cosas y Dejad crecer la hierba.
-FLORA LILIA BARRERA ÁLAMO
Comienza a publicar en los suplementos literarios de “El Día” y “Jornada”. En toda su obra está presente su investigación sobre lo que le es más cercano: su isla, su geografía y su historia. Ha publicado Escenas, paisajes y personajes herreños, La pulsera de Galanas, Lucía en las playas, Cuentos y leyendas de la Bajada de la Dehesa, El habla común de El Hierro, La mujer de Hero, Retablo y geografía de cuentos canarios, prologado por Sebastián de la Nuez, y Años de Tormenta. En La cocina de El Hierro hace un recopilatorio de recetas de su tierra, tema con el que también colabora en la revista “Bienmesabe”. Su único libro de poemas se titula Pequeño beso de la isla.
-PILAR LOJENDIO CROSA
Desde muy joven comienza a escribir poemas. Participa en tertulias literarias del momento y entre otros medios colabora en “Mujeres en la Isla”. En su primer libro, Ha llegado el esposo desarrolla un surrealismo que irá “in crescendo” a lo largo de su obra: Alma de piedra, La lengua del gallo e Invierno en la piel.
-NIVARIA TEJERA
Publica su primer libro de poemas Luces y piedras en 1948, al que seguirá La Gruta, en 1952. Colabora en prensa y revistas como Ciclón y Orígenes y donde publica el primer capítulo de El Barranco, novela situada en los primeros años de la guerra civil española. En 1959 publica el poemario Innumerables voces. Otras de sus publicaciones serán: Sonámbulo del sol, premio Biblioteca Breve Seix Barral del año 71, La barrera fluídica o París escarabajo, poemas.
-ANA MARÍA FAGUNDO GUERRA
Dirige la revista literaria “Alaluz”. Ha publicado numerosos trabajos de crítica literaria entre los que destacan Vida y obra de Emily Dickinson, y Antología bilingüe de la poesía norteamericana. Entre sus libros de poemas están: Brotes, Isla adentro, Diario de una muerte, Configurado tiempo, Invención de la luz, Desde Chanatel, el canto, Como quien no dice voz alguna al viento, Retorno sobre la siempre ausencia, El sol, la sombra y el instante, Trasterrado marzo y Los sonámbulos.
-NATALIA SOSA AYALA
Novelista y poeta publicó cotidianamente artículos en medios de comunicación y colaboró en las revistas “Mujeres en la Isla” y “Fablas”. Sus primeras obras fueron novelas, Estefanía y Cartas en el crepúsculo. Luego se entregaría sólo a la poesía: Muchacha sin nombre, Autorretrato y Diciembre. Poco antes de su muerte publica una antología Cuando es sombra la tarde.
A mediados del siglo XX también destacaron Elsa López Rodríguez, presidenta de la Sección de Literatura del Ateneo de Madrid y organizadora del grupo poético “La ortiga”, y Dulce Mª Díaz Marrero.
Actualmente a pesar de que hay muchísimas escritoras canarias, aún siguen reivindicando más visibilidad. El pasado mes de diciembre firmaron un manifiesto mostrando diversos aspectos a cambiar. Por un lado, manifestaban que las instituciones públicas y privadas programan actividades culturales donde la igualdad de género brilla por su ausencia. En donde conferencias, mesas redondas, ferias del libro, encuentros de escritores, etc. las escritoras no están presentes o sólo una mínima representación, acaparando los escritores los hilos de la Literatura Canaria. 
Tampoco forman parte de los jurados de los principales concursos literarios convocados en las islas y tampoco se premian las obras de las mujeres por igual, el premio Canarias de Literatura sólo ha sido concedido a dos escritoras en sus 17 ediciones: a María Rosa Alonso, ex aequo con Juan Marichal López en 1987 y a Cecilia Domínguez en 2015. Por otro lado, añaden que las escritoras canarias se estudian de forma insuficiente, marginal, en colegios, institutos ni universidades. Y tampoco aparecen por igual en Antologías de diversos géneros editadas en Canarias por instituciones públicas y editoriales privadas.
Antes de terminar, quiero acercar la mirada a nuestro municipio, Gáldar está siendo cuna incipiente de muchas escritoras que se están animando a hacerse un hueco en nuestra historia. Mujeres a las que tenemos que alentar para que sigan contribuyendo a la cultura municipal y para que sigan participando en las numerosas actividades culturales que se están realizando. Desde aquí quiero felicitarlas por esta labor que hacen, ya que ésta es la semilla para que muchas más se animen a escribir, dejando claro, de una vez por todas, que también las mujeres escriben y tan bien como los hombres.
Acabo con una invitación a la lectura en general y de escritoras en particular. ¡¡Feliz lectura!!

jueves, 31 de agosto de 2017

MERCEDES PINTO ARMAS DE LA ROSA Y CLÓS (1883-1976)

Mercedes Pinto nace el 12 de octubre de 1883 en La Laguna en la isla de Tenerife en el seno de una familia culta y acomodada, su padre fue el escritor y crítico literario Francisco María Pinto, que murió cuando Mercedes tenía dos años. Pronto descubriría sus dotes literarias puesto que fue merecedora de galardones en concursos regionales, con siete años de edad intentaba componer piezas dramáticas, con 14 ya había sido bautizada en su entorno como “La Poetisa Canaria” y pronto vio publicados sus poemas en diarios tinerfeños de la época.
La enfermedad mental de su primer esposo, Juan de Foronda, la obligó a trasladarse al Madrid de los años 20, donde la apoyaron célebres intelectuales (Ortega y Gasset, Cristóbal de Castro o Carmen de Burgos, entre otros) y donde tuvo una espacio en prestigiosos diarios y revistas (Prensa Gráfica, La Acción, o Lecturas de Barcelona). Allí publicará su primer libro de versos, Brisas del Teide, y pronunciaría la polémica conferencia El divorcio como medida higiénica, en la que defendía el divorcio para situaciones como la que la propia Mercedes Pinto padeció directamente. Sin embargo estas ideas eran demasiado adelantadas para su época y para un país sumamente católico como España. Esta intervención arriesgada y valiente en la Universidad Central de Madrid le valió la amenaza de una deportación por parte de Primo de Rivera. Por esa amenaza, decide exiliarse a Uruguay y abandona España en 1924, dirigiéndose hacia la frontera de Portugal, donde debía tomar el barco que la llevaría a Hispanoamérica, y donde sufrirá uno de los grandes dolores de su vida: la muerte de Juan Francisco, su hijo primogénito.
Uruguay marcaría el rumbo intelectual y humano de Mercedes: allí contrajo segundas nupcias con el joven abogado toledano Rubén Rojo, a quien había conocido en Madrid, y recibió toda clase de éxitos y un abultado reconocimiento intelectual. Dispuso de cargos especiales en el gobierno de Uruguay y fue, de hecho, la primera mujer oradora del gabinete. Promotora de la cultura entre las clases populares, fundó en Montevideo la famosa Casa del Estudiante, cuya finalidad era reunir gratuitamente a todo el público que cupiese en el salón o en el patio techado de su casa en la calle Minas, en torno a variadas actividades culturales. Entre los nombres que por allí desfilaron, baste mencionar a Juana de Ibarbourou, Alfonsina Storni, Jacinto Benavente, Rabidranat Tagore o Luigi Pirandello. Durante esta etapa, trabajó para las revistas y periódicos más importantes y da a la imprenta el poemario Cantos de muchos puertos, entregando sobre todo las emociones que le brinda el paisaje de las muchas tierras que la acogieron y también su primera novela, Él, llevada al cine por Buñuel décadas más tarde. En esta novela narraba el maltrato y su atormentada vida conyugal con el primer marido, enfermo de paranoia celotípica. Fueron años de enorme efervescencia creadora en los que expandió su trabajo escénico no sólo como autora de textos dramáticos como por ejemplo Un señor… cualquiera que se estrenó en el Teatro Solís de Montevideo donde nos advierte sobre la inutilidad de aferrarnos a conceptos y creencias que, con el paso de los años, no significarán nada, ya que el tiempo y la evolución se encargarán de transformar lo que era prohibido en algo habitual, o en natural lo que antes nos resultaba perturbador e indecente.
Además también destacó como empresaria teatral, con su Compañía de Arte Moderno o fundadora de la Asociación de Escritores Teatrales del Uruguay. Después de siete años de intensa vida en el país, y satisfecha por su fama como periodista, oradora, feminista, pedagoga, socióloga, dramaturga, poeta y narradora. Mercedes lo abandona en busca de experiencias nuevas y con la mente puesta en su regreso a España. Así es como inicia, en 1932, una larga gira con su compañía artística por varios países de Suramérica. En Paraguay, Argentina y Bolivia, Mercedes desarrolló un buen número de actividades al lado de sus espectáculos teatrales: habló en escuelas e institutos educacionales; fue la primera mujer que ocupó esta vez la tribuna de la Universidad de Asunción (invitada por el Gobierno para la celebración de las fiestas de independencia); la ovacionaron en Tucumán, donde defendió la hermandad entre las mujeres de América, y entre los pueblos del continente; impartió conferencias de interesantes contenidos sociológicos, disertando en Jujuy sobre pedagogía (“Concepto moderno de la educación a las juventudes”) o en la Universidad de La Paz sobre la juventud y otros temas de actualidad (“La juventud de hoy”, la educación moderna, la educación sexual).
La siguiente etapa de su vida se ubica en Chile, donde residirá durante tres años, y donde fue contratada por el presidente del país, Arturo Alessandri, para actuar como conferencista en escuelas, cuarteles militares y estaciones de policía, mientras da a la luz sus siguientes obras: el estreno de El alma grande del pequeño Juan, y la edición de Ella, su segunda novela, donde Mercedes se desnuda y cuenta su propia vida desde su infancia en Tenerife hasta principios de los años 20, con la franqueza, la sinceridad y el estilo directo y sencillo que la caracterizan. Durante su estancia, recibió el aplauso de la intelectualidad chilena, amén de unos versos escritos por Neruda y dedicados personalmente a la escritora y homenajes varios que festejaron no sólo sus obras literarias, sino la claridad de sus ideas, modernas y luminosas. El propio Gobierno le agradeció las actividades realizadas en el país con un viaje a La Habana.
Cuba era un destino que anhelaba conocer desde su infancia y había decido visitarlo antes de regresar definitivamente a España, pero la Guerra Civil española en 1936 abortó su esperanza de volver al origen y la detuvo en La Habana durante siete largos años. En la isla caribeña Mercedes Pinto brilló de nuevo como lo había hecho en sus etapas anteriores. Ocupó el puesto de Educación de Conferencista en la radio del Gobierno para las escuelas fundadas por Batista, ingresó como periodista en el Mundo y Carteles, desplegó una intensa actividad política en pro de la República Española y de las libertades femeninas y trabajó en varias estaciones radiofónicas, que le otorgaron una enorme popularidad. El sueño cubano –pues sin duda fue este espacio su segunda isla en el exilio y el país que más feliz la hizo durante su larga y azarosa errancia-, concluyó con la muerte de su segundo esposo, Rubén Rojo, que falleció tras larga enfermedad. Fue esta nueva desgracia familiar la que condujo a Mercedes Pinto a su último destino, la Ciudad de México, adonde llega inducida por una de sus hijas, la actriz Pituka de Foronda, que había grabado en La Habana la primera película del cine sonoro en Cuba, y que allí mismo fue contratada por el realizador azteca El Indio Fernández para protagonizar sus películas. En México Mercedes también se integrará en el periodismo, pero no a su llegada, precisamente, como desvela su nuevo encuentro con Batista en el D.F., que en medio de un banquete oficial le pregunta: “¿Qué hace aquí?” y ella responde “nada”. Sabedor de la adoración que había despertado en Cuba, Batista le jura que “antes de quince días usted volverá a escribir en mi tierra”, y así fue, pues el entonces director del diario cubano El País le solicita enseguida una colaboración continua para el suplemento dominical, a cambio de un sueldo de cien dólares.
Mercedes Pinto regresa a España por vez primera en los años cincuenta para visitar o convivir durante algunas temporadas con sus dos hijos Gustavo y Rubén Rojo que se instalaron en Madrid porque participaron en un buen número de películas españolas. En una de esas regresa a Tenerife para pronunciar la conferencia de clausura del ciclo “Arte Contemporáneo” organizado por el Círculo de Bellas Artes de Tenerife, la aceptación que tuvo en ese fugaz regreso no pudo ser más entusiasta. Durante sus viajes a España en los años cincuenta y sesenta vio publicadas de nuevo en Madrid algunas de sus obras: Más allá que el águila, una selección de sus versos editada por Cabal en 1968 y las reediciones de sus dos novelas en la editorial Biblioteca Nueva. En los años sesenta, sin embargo, Mercedes Pinto ya se había hecho un hueco definitivo en la prensa de México, trabajando como redactora del diario Excelsior, colaborando asiduamente en la revista Novedades, y en otros diarios e incluso ámbitos de la vida cultural, hasta el último día. Así su aparición con más de ochenta años en la película El coleccionista de cadáveres, dirigida por Santos Alcocer, y donde representa el breve personaje de “reina de gitanos”, compartiendo cartel con el célebre Boris Karloff. Y así también sus asiduas intervenciones en el famoso programa televisivo de Manolo Fábregas, donde Mercedes, días antes de su muerte, seguía oficiando de consultora para el gran público.
El 21 de octubre de 1976 fallece en México Distrito Federal a los 93 años de edad. Desde ese día, Mercedes yace en el Panteón Jardín de la Ciudad de México, custodiada por los versos que le dedicó su amigo, el poeta Pablo Neruda… 


“Mercedes Pinto vive en el viento de la tempestad,
con el corazón frente al aire,
enérgicamente sola.
Urgentemente viva.
Segura de aciertos e invocaciones,
temible y amable en su trágica
vestidura de luz y llamas”.




Con estos versos acabo con la semblanza de Mercedes Pinto, una mujer coraje. Toda la información que he recogido se basa principalmente en el trabajo de Alicia Llarena, doctora en Filosofía Hispánica y profesora titular de Literatura Hipanoamericana de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Y también sobre publicaciones que se realizaron por el Día de las Letras Canarias el 21 de febrero de 2009 dedicado ese año a Mercedes Pinto. Finalizo con una reflexión que hacía Alicia Llarena sobre la invisibilización de Mercedes: “Que la novela de una escritora canaria publicada en los años veinte sirviera de argumento a Luis Buñuel era ya un dato extraordinario; que además lo fuera de una de sus películas preferidas amplificaba la emoción; que Jacques Lacan se sintiera atraído por este caso de paranoia rozaba el grado de lo increíble; y que en aquellas fechas una autora de las islas edificara su ficción sobre una enfermedad mental me pareció, cuando menos, un gesto excepcional en el contexto de nuestras letras. Sin embargo vinieron a mí un mar de preguntas, y la primera de todas, precisamente, fue la de la ausencia: ¿por qué no lo editaron antes? ¿y por qué nadie habla de Mercedes Pinto?”